5 pasos para una rutina de limpieza diaria personalizada

Los hábitos son poderosos, pero no son fáciles de formar, especialmente los buenos hábitos. Crear un horario para tus tareas y actividades diarias al que puedas ceñirte te ayudará a formar buenos hábitos y romper con los malos para una vida más productiva y feliz.

Establecer una rutina diaria sólida es un poco de arte y un poco de ciencia. La ciencia está averiguando lo que necesitas hacer, mientras que el arte está averiguando cuándo hacerlo.

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1. Haz una lista

Primero, escribe todo lo que necesitas hacer a diario, tanto en tu vida familiar, como en el trabajo. No te preocupes por cómo organices esta lista; esto es un ejercicio para volcar todos tus pensamientos en un papel y relajar tu mente, no una lista de tareas pendientes.

Prepárate una infusión y tómate 15 minutos y un cuaderno para anotar todo lo que haces cada día, así como todo lo que debes hacer.

Si sientes que es demasiado difícil recordar todas las tareas de una sola vez, lleva un cuaderno y toma notas a lo largo del día. Al principio, ninguna tarea es menos importante; si deseas incorporar el "descalzarse a la entrada" en su rutina, anótelo en la lista.

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2. Estructura tu día

Los madrugadores hacen las cosas de manera más efectiva antes de la hora del desayuno, mientras que los noctámbulos tienden a obtener su explosión creativa de energía por las noches. Piensa en cuándo trabajas mejor y agrupa tus tareas en el momento del día que tenga más sentido para ti y piensas que te será más fácil cumplirlas. 

Para empezar, piensa en una rutina diaria de limpieza corta. Incluye pocas tareas que se pueden finalizar en 15 minutos activos. Los espacios que requieren más tiempo no suelen ser los más amplios, pero sí los que más usamos: la cocina, la sala de estar, los baños.

Haz una lista de tareas especifica para cada habitación/espacio de tu casa. Si es muy especifica, mejor. Ten en mente incluir tareas más amplias, pero también tareas más sencillas, fáciles de conseguir. Así nos retroalimentamos y podemos seguir con el plan.

Mañanas:

Las mañanas a menudo se vuelven en maratones contra reloj bastante desafiante. Agrupa todas tus tareas iniciales: como darle de comer y pasear a las mascotas, vaciar el lavavajillas mientras preparas el café y poner la cena en la olla de cocción lenta. Una vez que bajes el ritmo, reserva las mañanas para las tareas que requieren el pensamiento más crítico y la resolución de problemas. 

Mediodía:

Tus niveles de energía, y tal vez la cafeína del café de la mañana, probablemente se hayan disipado. Sin embargo, esto significa que estés preparada para hacer las cosas rutinarias y aburridas que no requieren mucha capacidad intelectual. Utiliza este tiempo para tareas como responder correos electrónicos, programar citas y hacer recados. Si estás en casa durante el día, usa este tiempo para la rutina de limpieza semanal, como repasar los baños, quitar el polvo, aspirar el suelo, etc.

Por la noche:

Los días fluyen mejor cuando se reserva un poco de tiempo por la noche para planificar y preparar el día siguiente. Empieza con hacer una lista de cosas pendientes, luego prepara tu ropa y la de tus hijos, prepara los almuerzos y deja limpia la cocina. Si tienes una rutina de limpieza semanal y se encanta aprovechar el silencio de la noche, puede que para ti este sea el momento ideal de hacer algunas de las tareas del hogar. 

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3. Se específica (opcional)

Dentro de estos posibles esquemas para cada parte de tu día y que realmente dejan mucha libertad de movimiento, puedes ser tan específica como deseas. 

Por ejemplo, es posible que desees escribir una rutina para tus mañanas que se parezca a esto:

7:15 a.m .: despertarse, cepillarse los dientes y ducharse

7:45 a.m .: desayuno

8:15 a.m .: salir de casa

8:30 a.m .: dejar a los niños en la escuela

8:45: Llegada a la oficina

Es un horario muy detallado, pero algunas personas pueden sentirse más cómodas con eso, al menos hasta que aprendan la rutina.

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4. Programa tiempo para la flexibilidad

La vida se interpone incluso en las rutinas más detalladas. Es necesario aprovechar tus momentos más productivos para utilizarlos en las tareas más desafiantes y los momentos menos productivos para hacer las tareas más mundanas. 

Puede haber ocasiones en las que tengas que ir a una cita (medico, abogado etc.) durante las horas que normalmente reservas para otra cosa, o a una reunión social cuando tenías programada la clase de yoga. 

Una rutina diaria hará que todo fluya sin problemas, a pesar de los pequeños imprevistos.

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5. Pon a prueba tu nueva rutina

Prueba tu nueva rutina durante 21 días. ¿Cómo te sientes? ¿Programaste tus tareas en los momentos adecuados? o ¿Necesitas ajustar las cosas? 

Modifica cualquier cosa que no funcione caso por caso y luego evalúa después de 21 días para ver cómo te está funcionando tu nueva rutina.

Crear una rutina diaria parece abrumador al principio, pero pronto verás las recompensas cuando aumentes tu productividad, se reduzcan los colapsos matutinos y descubres que en realidad hasta tienes tiempo libre durante el día. 

Nada está escrito en piedra, así que si tu rutina diaria no funciona perfectamente al principio, simplemente haz algunos ajustes hasta que encuentres el horario ideal.

Si piensas que construir una rutina es un trabajo demasiado laborioso y no sabes por donde empezar, te recomiendo uno de mis planificadores para las tareas de hogar. 

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Para ideas sobre rutinas de limpieza, te invito a leer sobre por qué es importante adoptar una rutina de limpieza, ver cúal es Mi rutina diaria de limpieza- LISTA DE CONTROL y descargarte la LISTA DE CONTROL y, si te animas, puedes empezar con mi rutina de limpieza: mi habitación.

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Así que te invito que hagas un cambio en tu vida. Vamos a salir ganando todos. ¡Voy corriendo a la tienda! 

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