Envíos 48h-72h

Product was successfully added to your shopping cart.

Adoptando una rutina de limpieza

Como nuestras necesidades básicas son cíclicas y recurrentes, también lo es el cuidado de la casa. Tenemos que dormir, comer, ducharnos, cambiar de ropa, leer, relajarnos, aprender y divertirnos. Nuestra casa nos proporciona comodidad y seguridad. El cuidado de la casa también depende de ritmos, horarios y rutinas. Estas pueden ser anuales, de temporada (cambio de armario, limpieza de primavera/otoño), mensuales, semanales o diarias. Hoy te voy a ofrecer un esbozo de una rutina completa de limpieza y cuidado del hogar. 

No es la primera vez cuando hablo sobre rutinas, en el blog puedes leer sobre mi rutina diaria de limpieza y descargar la lista de control y también sobre mi rutina de limpieza del dormitorio. Estas listas se quieren inspiradoras y sugestivas y fueron pensadas para novatos. 

Pero antes, unas sugerencias generales: 

1. Configurar horarios, estándares y metas 

Escuchamos: “ el trabajo de la casa nunca se acaba”. Hoy en día, por miedo a asumir toda esa responsabilidad, el trabajo de la casa nunca comienza… 

Como todo en la vida, esto es  una verdad a medias. 

Sí, puedes pensar que una cosa es más importante que otra y sí, puedes decidir hacer más mañana, pero en realidad una rutina tiene un comienzo y un final y debes saber qué se tiene que cumplir hoy, esta semana, este mes. Pero, al fin y al cabo, tú eres la que tiene el poder de establecer los limites.

En mi opinión, lo que causa el sentimiento de disgusto en relación con el cuidado de la casa es pensar que las tareas nunca se acaban y que nunca te ofrece plena satisfacción, terminación y reposo.

Para evitar que esto ocurra, tú misma tienes que decidir qué nivel de limpieza y ordenación vale para ti. De otra manera, te vas a sentir atrapada y resentida, una de las infelices que odian cuidar de sus casas. Otra trampa es ponerte estándares imposibles de alcanzar y/o mantener. Tienes que tener claro que debes tener estándares diferentes para tiempo de enfermedad, estrés, nuevos bebés, horarios muy largos. Cuando no puedes con todo, establecer prioridades es de lo más importante. La salud, la seguridad y la comodidad importan más que apariencias, el orden o el desorden. 

Un armario desordenado molesta, pero es más importante tener ropa de cama limpia, la colada hecha y comida caliente. Demasiado polvo puede resultar insalubre e incómodo, pero un espejo sucio se puede aguantar unos días.

Limpia los espacios donde pasas la mayoría de tu tiempo (dormitorio, cocina, baño), aquí es donde la limpieza es urgente. Organizar los calcetines o pulir los cubiertos son tareas que puedes aplazar indefinidamente.

 2. Ahorrar tiempo

Cuando empiezas una rutina de limpieza nueva, siempre cuesta más cumplir todos los puntos de la lista. Practicando, aprenderás atajos y acabarás ahorrando la mitad del tiempo.

Sugerencias para situaciones nuevas que rompen las rutinas:

1.  Haz solo lo esencial. Mantén la cocina limpia, los platos fregados, la despensa llena. Limpia el polvo y aspira solo las zonas de mucho transito y los dormitorios. Repasa los baños con un buen limpiador o con un desinfectante.

2. Mantén lo mucho que puedas el orden y la limpieza. Devuelve a su sitio todas las cosas (ropa, calzado, juguetes, platos etc.) para que no haya caos. 

3. Cuando cocinas, prepara más cantidad y guarda una parte en el congelador para más adelante. Usa recetas rápidas y poco complicadas. Si puedes contar con ayuda un día a la semana, el batch cooking es una buena idea.

4. Si te lo puedes permitir, contrata ayuda (viene bien contar con ayuda una vez a la semana, o por lo menos en situaciones puntuales, como para el cambio de temporada y armario).

5. Intenta poner menos lavadoras a la semana. En realidad, no ensuciamos tanto la ropa como creemos.

6. Si es una situación nueva ( la llegada de un bebé, enfermedad, muerte), llama a la familia o a una muy buena amiga y cuenta con ellas.

3. Hacer listas

Una mujer que se organiza bien, hace listas. 

Hay listas de la compra semanal y las tareas pendientes, como por ejemplo llamar al jardinero o devolver los libros a la biblioteca, etc. Los artículos de la despensa que faltan o alguna sugerencia de producto de una buena amiga o de una compañera de trabajo los anotas en la lista semanal. 

Organiza el menú semanal. No tanto los platos de todas las comidas, pero las líneas generales. Por ejemplo, sueles consumir 3 veces por semana legumbres, piensa cuáles te apetece comer esa semana y inclúyelas en la lista. Después pensarás en las recetas.

Antes de salir a comprar, inspecciona tu despensa y la nevera para ver qué es lo que hace falta. Verifica tus productos de limpieza. Verifica los baños: si hay papel y jabón o necesitas crema para la cara o algún aceite para el cuerpo. 

 Y no te olvides de coger tu lista (o una agenda pequeñita) y las bolsas de tela.

4. Sistemas y rutinas

En muchos hogares, las tareas de la casa se cumplen como una reacción a una situación determinada y sin tener o seguir una rutina de limpieza. Esto en realidad complica las cosas. Con una organización sistémica, podemos vivir de manera plena y confortable: hay comida en la despensa, la colada y la suciedad no se acumulan...

En las demás casas, donde no hay un sistema y una rutina de limpieza, las tareas se cumplen solo cuando los recursos se agotan: cuando no queda ropa limpia, cuando la ropa de cama está sucia, cuando es la hora de cenar y en los armarios de la cocina y en la nevera no queda nada, cuando la suciedad y el desorden no se pueden aguantar. Cuando no cuidas de tu casa, se acumula la frustración. Y entre la cantidad de tareas, la falta de organización, no saber por donde empezar, no queda mucha calidad de vida.

Así que te dejo mis rutinas de limpiezas. Al principio, concéntrate en lo mínimo de la rutina diaria y de la semanal. Con el tiempo abarcarás más y más.

 *     *     *

La rutina diaria (más ideas en la página de recursos)

1. Pon una lavadora (si hace falta), selecciona las prendas y lavalas por colores y teniendo en cuenta el tejido.

 2. Limpia el lavabo y el baño después de usarlo (una vez al día)

 3. Verifica si hay jabón, papel higiénico. Cambia las toallas (si hace falta)

 4. Prepara la comida y deja la cocina limpia después de cocinar

 5. Cambia los paños de cocina

 6. Limpia el suelo en las zonas muy transitadas (cocina, entrada): barriendo y fregando o aspirando.

 7. Ordena las camas

 8. Ordena. Devuelve a su sitio las revistas, los juguetes, la ropa, el calzado.

 9. Haz alguna compra necesaria.

 10. Saca la basura (baño y cocina) por la noche.

 *     *     *

La rutina semanal 

1. Cambia la ropa de cama y las toallas (en general, yo las cambio dos veces a la semana en verano y una vez en invierno; o cuando hace falta)

 2. Aspira toda la casa (alfombras, suelos, muebles tapizados, pantallas de lámparas) y quita el polvo (muebles, cuadros, espejos, bombillas de luz, etc.)

3. Friega el suelo

4. Limpia (y desinfecta) las zonas de contacto (pomos de puertas etc.) pero también la pantalla de tu móvil, de la tele, del ordenador etc.

5. Limpiar al fondo el baño (de arriba-abajo, derecha-izquierda)

6. Limpia todos los peines y los cepillos

7. Limpiar al fondo la cocina

8. Lavar el cubo de basura

9. Hacer la colada

10. Hacer la compra semanal

11. Otras tareas (en el jardín, la galería, el garaje, la terasa etc.)

 *     *     *

La rutina mensual, según la temporada o intermitente

1.  Lavar la funda del colchón, y las de las almohadas y las mantas.

2.  Girar el colchón (cada 3 meses)

3. Lavar o ventilar almohadas

4. Limpiar el horno de cocina (o cuando hace falta)

5. Organiza armarios y cajones

6. Aspirar las persianas, aspirar otras zonas difícil de alcanzar y donde se puede acumular polvo (los marcos de las puertas)

7. Limpiar los ventiladores (si hay)

 *     *     *

La rutina anual (o según la temporada)

1. Lavar (en seco, o según el caso) las mantas y los edredones

2. Cambio de armario (primavera, otoño)

3.  Regala los artículos no usados (ropa, calzado etc)

4. Limpia tus joyas o artículos de plata, latón o cobre

5. Limpia las lámparas de araña (si hay)

6. Limpia (quita el polvo) las paredes y el techo

7. Limpia y ordena el trastero, el garaje y el ático

8. Encera los muebles de madera

9. Aspira los libros

10. Mueve y limpia por debajo de la nevera, lavavajillas, lavadora

11. Vaciar y limpiar todos los armarios (cocina, casa etc)

12. Lavar las persianas

13. Lavar (en seco) las cortinas

14. Paga los impuestos y organiza los recibos

Y ahora quiero saber tu opinion, ¿tú cómo organizas tus tareas de casa? 

*     *     *

Así que te invito que hagas un cambio en tu vida. Vamos a salir ganando todos. ¡Voy corriendo a la tienda

Si te ha gustado mi artículo de hoy, y quieres que te avise cada vez que publique uno nuevo, únete al movimiento, apuntándote a mi lista de correos y te enviaré un email cada vez que haya novedades en Higiaeco, además recibirás el #miletterfeliz, un email semanal lleno de inspiración y energía positiva.

 

 

 

 

 

TE PUEDE INTERESAR

Autor

Silvia

www.higiaeco.es

Soy Silvia Cristian, experta en limpieza ecológica.

MI MISIÓN:

Ayudarte a mejorar y simplificar tu vida a través de rutinas de limpieza, trucos y consejos prácticos, sencillos, información e inspiración.

MI FILOSOFÍA:

La información es poder y solo sabiendo puedes llegar a disfrutar de un hogar sin tóxicos.

Usar productos de limpieza ecológicos y naturales hará que no te intoxiques, ni tú, ni tu familia, y tampoco el planeta.

Limpiar es terapeutico. No te imaginas todo lo que puedes descubrir sobre ti en la intimidad de tu casa.

DEJA UN COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

* Campos Requeridos